top of page

Una mirada al pasado

  • Vanesa
  • 14 may 2020
  • 2 Min. de lectura

Hace unos días un amigo de Facebook me comentó una foto y me dijo como ha cambiado tu vida desde que te conocí, de esto hará, tan sólo, 5 años.


Photo by Mike from pexel

Mi día a día era ir a un trabajo, que no me llenaba, no me hacía sentirme realizada, no me servía para crecer ni como persona, ni profesionalmente.


Me levantaba cada día como un robot programado, necesitaba conseguir dinero para poder vivir con un montón de cosas que no me hacían feliz. Después de 8 años era algo mecánico, llegaba a trabajar, era amable con los clientes, doblaba ropa, cobraba, hacía reposición de la zona…


Cuando por fin terminaba el día volvía a casa. Una casa gigante fría, hostil y vacía. Él me esta esperando, mi relación tóxica. Un contigo ni sin ti, que nos llevaba envolviendo 5 años. Algo a lo que me aferraba como un clavo ardiendo. En el fondo de mi ser, sabía que no éramos compatibles.


El amor, la idea creada de tener que luchar hasta el fin, por algo que ya estaba muerto. Un amor sufrido que cada día me hacía más infeliz. Era alguien que ocupaba mucho espacio en mi vida, en mi mente, no me dejaba tiempo a mí misma. Era él y nuestra relación, no había un más allá. Me sentía perdida en mi vida, en mi día a día, en la relación que tenía.


En aquellos momentos, no tenía metas, no tenía sueños. Era un dejar pasar la vida, esperando a que llegara algo como caído del cielo. Me sentía triste, perdida, angustiada. No sabía que hacer con mi vida.


¿Qué podía hacer? Los días pasaban y pasaban, la vida se me iba. Solo pensaba en hacer lo establecido, tener hijos, tener una casa, tener un trabajo…


¿Y DÓNDE ESTABA YO?


Poco a poco todo eso fue cambiando; hubo algo, una lucha interna, un inconformismo… Supongo que todo esto nos llevo a darnos un espacio en nuestra vida de pareja. Hubo un antes y un después en mi. Poco a poco me acostumbré hacer cosas sola, a darme cuenta de mis necesidades.


Tenía tiempo para conocerme, para levantarme un día y no aguantarme. Al otro para mirarme y sentirme guapa. Saqué de ese armario escondido esas ideas o cosas que había destruido y encerrado. Les quité el polvo y empecé hacer pequeñas listas de deseos, que poco a poco conseguí cumplir.


Me di espacio de conocer a gente nueva. Cree una nueva vida en la que era una persona con necesidades, ideas, valores, seguridad. Seguía en el mismo trabajo, pero empecé a verlo, como algo que pagaba todas esas cosas nuevas que estaba probando. Mis viajes, mis nuevas experiencias…




Me adentré en el mundo de las aventuras. Me permití probar la escalada, conocer gente nueva, que a su vez, me permitía tener nuevas experiencias. Encontré en el deporte salud, no solo física si no también mental. Me servía para cuidarme, para cuidar mi dieta, liberar ansiedad, me daba mucha energía…

Con mucho tiempo y mucho trabajo poco a poco fui encontrando mi identidad. Una que no había tenido el placer de conocer. Vino pisando fuerte para quedarse.




Así es como comencé a vivir mi propia aventura

Comments


Formulario de suscripción

  • facebook
  • instagram

©2020 por Vanesa y su mochila. Creada con Wix.com

bottom of page