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¿Qué significa la escalada para mí?

  • Vanesa
  • 8 jun 2021
  • 2 Min. de lectura

Después de mucho tiempo desde que empecé a escalar, creo que empiezo a entender lo que este deporte significa para mí. La evolución desde que empecé ahora...


Primero de todo, yo empecé a escalar porque tengo vértigo. Digo tengo porque a veces sufro de él. No de una forma continúa y diaria como antes pero aún me da algún sustillo. Esto fue un paso de superación y de un miedo inconsciente.



Rocódromo Roma, Madrid

Comencé a subir vías en un rocódromo de Madrid. Donde, con mucha paciencia por parte de mi asegurador, aguantó mis llantos, mis miedos y se dejó su cuello mirando hacia arriba. Dándome así esa confianza ciega que tengo en él. Esto empezó en dos días por semana, fue evolucionando a quedar casi diariamente. Fue un proceso de evolución, lo que empezó por llantos, se convirtió en una superación y un disfrute continuo.


Por situaciones de la vida dejé de escalar, empezó el invierno en Madrid y a mi se me hacía muy duro ir con frío. Poco después, comencé a viajar, por lo que, tuve un parón importante de mas de un año.




Para mí la escalada comenzó, como una superación de un miedo. La verdad, no se cómo terminó derivando en una competencia con mis compañeras y mis compis de cordada. Al final, algo que era tan bonito como ir a escalar, se convirtió en si ella (o él) puede yo también. Comencé a coger por costumbre el irme frustrada a casa si no conseguía hacer una vía de mi "nivel". Culpaba a la persona que se encontraba al otro lado de la cuerda, por no darme la cuerda rápido o darme demasiada cuerda cuando caía...


Durante ese tiempo, dejé de disfrutar la naturaleza, la belleza de los barrancos, el disfrutar de escalar con unos amigxs, todo era una competición...



Callao Salvaje, Tenerife

Hace un tiempo cuando volví a la escalada y mis dedos habían olvidado el tacto con la roca. No tenía físico para poder subir encadenando, gracias a esto, y supongo, que en el momento que me encontraba. Empecé a valorar esos momentitos en los que conocía gente nueva, el disfrutar de nuevos barrancos, el ver el atardecer de otoño desde el pontón de la oliva...


Por primera vez en mi vida, me doy cuenta de que me encuentro con la montaña con zonas mas lisas, placas, romos, fisuras, bavaresas...


No me preocupa mucho lo que haga o no mis compis, su nivel, sus encadenes... No se como, de un día para otro me encuentro escalando y la única batalla que tengo es con mi mente, con miedos, mis inseguridades... no me voy a casa frustrada si no conseguido encadenar una vía, si tuve que descansar o colgarme. La escalada son esos momentitos con la gente que me rodea, el lugar y la constancia, que me hará mejorar en este deporte.


El río Tenerife


Por lo que, la escalada es una lucha interna con la Vanesa que se encuentra en la pared ese día, es un momento de meditación, concentración, control de la mente y de los pensamientos. No es solo, un deporte, me sirve para darme cuenta en la manera en que trabaja mi cabeza en situaciones limite, la reacción de mi cuerpo ante el estrés y como poder controlar todo eso dentro de mí.










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